dijous, 12 de febrer del 2009


Mallorca en el barro de África


Las mujeres del poblado salen fuera de sus cabañas para fabricar juntas piezas de cerámica que luego venderán en ciudades situadas a más de 10 kilómetros de Binde.


Cuatro investigadores de la UIB sospechan que las similitudes entre las cerámicas del norte de Ghana (Binde) y las prehistóricas isleñas podrían explicar las técnicas usadas por los primitivos mallorquines para fabricarlas
M. ELENA VALLÉS. PALMA. El discurrir del tiempo se siente acaso más rápido en África que por lares más tecnificados como los nuestros. En toda esta cuestión, lo negativo estriba en el hecho de que los avances que se introducen producen cambios ultrasónicos que pueden conllevar al olvido y pérdida de anteriores costumbres culturales. En el caso de algunas zonas africanas, la postergación del acervo cultural se agudiza habida cuenta de que el modo de registrar la propia cultura parte de la volátil tradición oral y no de la escrita, algo más perenne. Testimoniar y recopilar en negro sobre blanco la cultura de Binde, un poblado del norte de Ghana, es uno de los cometidos de cuatro profesores de Prehistoria de la Universitat de les Illes Balears, que están recién aterrizados de África. Simón Gornés, Joan Fornés, Jaime García y Manuel Calvo forman el cuarteto que con olfato de Doctor Livingstone se ha trasladado al continente sureño a estudiar de cerca las cerámicas de esta zona así como sus procesos de fabricación porque, según la hipótesis de partida, podrían presentar concomitancias con las técnicas que debían utilizar los hombres prehistóricos que vivían en Mallorca en la Edad de Bronce. Como punto de partida, Calvo comenta que estas cerámicas "las fabrican sin torno y con técnicas muy sencillas. Lo que hace pensar que algunos de estos procedimientos estaban presentes en nuestra sociedad y desaparecieron". El cotejo entre las piezas se llevará a cabo a partir de las marcas que aparecen tanto en las cerámicas africanas como en las prehistóricas mallorquinas. "Piensa que se trata de cerámica hecha a mano que deja determinadas huellas. Si las marcas son iguales a las de las piezas que hemos extraído de los yacimientos de aquí, podríamos hipotetizar cómo se fabricaba la cerámica aquí a partir del estudio de cómo la confeccionan estas tribus que hemos visitado". Los investigadores no han arrancado todavía con el estudio comparativo de piezas, pero desde su despacho señalan que ya han identificado varios indicios significativos. Tanto en las cerámicas de África como en las mallorquinas, aparecen marcas de haber pulido el barro con una piedra. Una separación visible vislumbra que estaba muy claro que el borde y el cuerpo de las vasijas se hacían por separado y luego se pegaban. Las cerámicas africanas cuentan asimismo con bases curvas como las prehistóricas isleñas de la Edad de Bronce, "por lo que hace pensar que aquí también se fabricaban a partir de un molde, como una calabaza".Por las marcas de dedos y manos, a raíz sobre todo de su tamaño, los especialistas podrán también concluir si las cerámicas las fabricaron en la Edad de Bronce las mujeres, como es en el caso de Binde. Consigo, en sus maletas, han transportado varias vasijas de muestra, pero esperan que un barco les traiga los 80 kilos que compraron en África.Las técnicas de producción están en estas tribus en manos de las mujeres: tanto en lo que se refiere a la organización de la casa, la comida, el cuidado de los campos o la fabricación de la cerámica. "Son tribus guerreras, en las que el hombre es el centro de todo, pero el poder de la mujer a nivel productivo es inmenso", dice Gornés. Todo este estudio acerca de la cerámica, explican Manuel Calvo y Jaime García, es muy importante porque "ayuda a revalorizar el papel de la mujer en este tipo de sociedades". Ambos recuerdan que cuando llegaron el pasado 9 de enero a Ghana y se interesaron por las alfareras del poblado: "Ellas se sentían muy orgullosas y los maridos, al observar que unos occidentales se fijaban en ellas, también comenzaron a poner más atención en lo que hacían". El modo de trabajar el barro, señalan, es conjunto. Y los hornos que utilizan podrían ser también parecidos a los que utilizaban los prehistóricos baleares. "Debemos estudiar las temperaturas de cocción y las manchas que dejan en la cerámica para cotejar con las piezas de aquí. Quizás usaban hornos parecidos", dicen. El profesor Simón Gornés enfatiza que es de vital importancia documentar la cocción del barro con este tipo de hornos africanos, "pues en breve llegará la electricidad al poblado, con lo bueno que tiene, claro, y con ella, el final de estos hornos que calientan al calor de una buena hoguera".Además del estudio sobre la cerámica, los investigadores han estado ahondando en las estructuras arquitectónicas de la etnia kusasi del poblado. Se trata de cabañas de barro, fabricadas con adobe, que presentan una distribución circular muy particular. Cada barraca cuenta con varios puntos que están preparados para encender una lumbre y está dividida en pequeñas dependencias, también circulares, en las que viven el marido y sus distintas mujeres, pues son polígamos, e hijos.El proyecto científico está previsto que tenga una duración de tres años, con posibilidad de prórroga, pues la intención es estudiar la cultura de las cuatro etnias que conviven en el poblado: los mamprusis, los kusasis, los kokombas y los busangas. En 2010, terminarán con el trabajo de recopilación de datos sobre los kusasis y comenzarán con los kokombas, que son pastores nómadas que viven aislados del resto. Los profesores tienen pensado asimismo dejar terminada la parte de arquitectura de los mamprusis, la etnia predominante en Binde. En 2011 no saben todavía a qué podrán dedicarse, "pues los ritmos de trabajo son allí muy distintos a los de aquí y planificar es complicado". Los arqueólogos, que en definitiva eran nuevos en la zona y se comunicaban con los nativos gracias a un guía-traductor, fueron tomando notas durante los 17 días que convivieron con las tribus, que hablan distintos dialectos. El material, indica Gornés, quedará recopilado seguramente en forma de libro, en inglés en principio, pues Ghana fue colonia inglesa, para quedarse en una pequeña biblioteca que tiene el club social de Binde, que se construyó junto al hospital que pudo hacerse realidad merced a los esfuerzos realizados por el misionero menorquín Manolo Bonet, que consiguió dinero de distintas instituciones: en este caso del Consell de Menorca, del Ayuntamiento de Maó y del Fons Menorquí de Cooperació (que engloba a todos los consistorios de la isla). Todas ellas llevan muchos años desarrollando allí un programa social y solidario. El proyecto concreto de la Universitat de les Illes Balears (UIB) está financiado a partir de unas pequeñas líneas de ayuda que otorga la propia universidad. El resto proviene de los propios ahorros de los arqueólogos que se han embarcado en esta historia. El próximo año, la UIB buscará firmar un convenio de colaboración con la universidad de Ghana para continuar con toda esta recuperación del legado. Calvo comenta que también se está en conversaciones con la embajada española en Ghana.

FUENTE: Diario Mallorca, versión digital.
http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009020900_9_434350__Actual-Mallorca-barro-Africa